¿Alguna vez has dicho eso de tu perro?
Es un problema muy común que causa mucha angustia cuando tenemos un perro que sufre en los paseos por causa de la reacciones hacia estímulos concretos. Sentimos o hemos sentido que si nuestro perro fuera más predecible en sus reacciones, los paseos, aún con reactividad, se podrían afrontar mucho mejor.
Es una respuesta completamente comprensible: nos gustan las cosas predecibles y seguras. Nos gusta saber qué va a pasar y cuándo sucederá. Nuestro sistema nervioso necesita esa seguridad.
Pero lamentablemente los seres vivos no somos muy predecibles.
Eso se aplica a nuestros perros y, de hecho, a nosotras. No somos máquinas donde (¡con suerte!) la misma entrada dará como resultado el mismo resultado.
Tanto nosotras (y nuestros perros) somos contextuales.
Éstas son a la vez buenas y malas noticias. La mala noticia es que significa que el comportamiento de nuestro perro no siempre será el mismo, dada la misma información. Entonces, un día, nuestro perro podría ver a un hombre con sombrero y estar bien. ¡Al día siguiente, el mismo hombre con el mismo sombrero podría provocar un motín!
Pero la buena noticia es que saber que nuestros perros son criaturas contextuales significa que podemos empezar a darle más sentido a su comportamiento y luego podemos empezar a hacer predicciones más precisas. Que nos facilitará brindarles una mejor ayuda.
Tomemos como ejemplo al Hombre del Sombrero. El Hombre del Sombrero es sólo una parte del contexto.
Él es la parte que tendemos a notar porque es el foco del arrebato de nuestro perro.
Pero hay muchos otros factores relevantes que pueden contribuir a que nuestro perro ladre un día y otro no. Factores como:
Clima: ¿Hace mucho calor o frío? ¿Hay truenos? ¿Tu perro soporta mejor algunas condiciones climáticas que otras?
Ubicación: ¿La ubicación es diferente? ¿Más eco? ¿Menos visibilidad? ¿Elementos sorpresa?
Salud: ¿Tu perro se siente bien? ¿Tiene dolor? ¿Malestar? Incluyendo “problemas” de bajo nivel que podrían no detener la actividad pero sí reducir la paciencia. ¿Tiene hambre? ¿Tiene sed?
Niveles de energía de tu perro: ¿Tu perro está cansado? ¿O está lleno de energía y con muchas ganas de jugar?
Tus niveles de energía: ¿Estás cansada? ¿O llena de energía?
Los niveles de energía del Hombre del Sombrero: ¿Está cansado? ¿O lleno de energía?
Estado de ánimo de tu perro: ¿Está tranquilo y relajado? ¿Está estresado? ¿Sobreexcitado?
Tu estado de ánimo: ¿Estás tranquila y relajada? ¿Estás estresada? ¿Sobreexcitada?
El humor del Hombre del Sombrero: ¿Está tranquilo y relajado? ¿Está estresado? ¿Sobreexcitado?
Otras personas: ¿Hay alguien más presente? ¿Algún otro perro?
Qué pasó ayer: ¿Algún incidente de ladridos? ¿Alguna actividad divertida y muy cargada de energía? ¿Mucho de descanso?
Podría seguir, pero ya entiendes la idea.
El contexto lo es todo y los contextos rara vez son los mismos día a día, incluso si estás en el mismo lugar con la misma persona.
Entonces, ¿cómo nos ayuda saber esto? Podemos trabajar en nuestras habilidades de observación y actuar en consecuencia. En lugar de suponer que nuestro perro siempre estará feliz/tranquilo al ver al Hombre del Sombrero, podemos observar que se siente menos cómodo cuando el Hombre lleva un palo, cuando hace calor o cuando tuvo un mal día el día anterior.
Algunas de estas cosas, por supuesto, sólo podemos juzgarlas en el momento: las cosas relacionadas con el escenario específico. Pero algunos de ellos los podemos conocer de antemano y tener en cuenta.
Si notamos que nuestro perro siempre está más “gruñón” el día después de un largo paseo, podemos optar por ir a un lugar más tranquilo al día siguiente, o mantenerlo con correa, o darle más espacio, o incluso tomarnos el día siguiente “libre” de paseos.
Si nos damos cuenta de que nuestro propio estado de ánimo afecta realmente a cómo reacciona nuestro perro, podemos asegurarnos de pasearlo sólo cuando nosotras nos sintamos tranquilas y relajadas. Esto yo lo aplico hasta cuando van con correa o en mis interacciones con ellos. Es más, a veces me doy cuenta de mi estado por cómo se comportan Rayo y Vera. Porque si, por mucho que sepas gestionar tus emociones, mantengas a raya ese estrés, a veces la vida te pasa por encima.
Si descubrimos que reacciona más cuando tiene hambre, podemos programar las caminatas después de las comidas (siempre dejando una o dos horas después de comer para evitar la hinchazón y torsión de estómago, especialmente en perros susceptibles) y evitar caminar justo antes de su hora de comida.
Así que la creencia de “los perros no son impredecibles”, se cae por su propio peso.
Porque lo único que sucede es que necesitamos más información que la mera presencia de un desencadenante para poder predecir su probable respuesta.
Pero una vez que empezamos a pensar en ellos como algo contextual en lugar de impredecible, resulta mucho más fácil predecir lo que podría suceder y actuar en consecuencia para así, ayudarles realmente.
Ahora vamos con la sección Premium y la entrega nº 8 para practicar la calma y la autogestión.
Y por si no eres premium, yo ya me despido hasta la semana que viene.
No te olvides de sonreír🦋
P.D.: Antes de pasar con el último vídeo de este reto quiero anunciaros que en el mes de Abril habrá novedades, ya que le daremos un par de vueltas de tuerca al contenido premium.
Y ahora sí, vamos con el último vídeo de este reto: