3 claves para tener paseos tranquilos
Para perros que ladran, se abalanzan, intentar morder, huir, cuando ven otros perros, personas , vehículos.
Cuando Vera llegó a casa, yo ya me dedicaba a esto. Por lo que pensé que ayudarla a superar la reactividad sería un camino de rosas. Pero la realidad me dio una bofetada de las buenas.
¿Qué sucedió?
Pues lo que jamás imaginé que me sucedería a mi. Empecé a aplicar la metodología que había aprendido y puesto en práctica y con la que cientos de perros, por aquel entonces, habían dejado de reaccionar en los paseos. Pero con Vera no funcionó y como puedes imaginar la frustración entró a mi vida y el sentimiento de no ser capaz de ayudar a mi propia perra, me desgarraba por dentro al ver lo mal que lo pasaba.
No entendía cómo lo que siempre había funcionado, con ella no funcionaba.
A día de hoy doy gracias de que así fuera, porque gracias a ella, hoy puedo ayudar a los perros que sufren una reactividad “más rebelde” y así prevenir que sean abandonados. Porque un alto porcentaje de perros que son abandonados, lo son por motivo de la reactividad que no ha sido tratada como se debería.
Hoy sigo dándole gracias a esa Mónica perseverante, que no se rindió hasta no dar con la solución. El proceso hasta llegar a lo que te voy a contar a continuación, lo voy a dejar para otra entrega de Apuntes. Porque los aprendizajes que extraje de este camino son muy valiosos. no sólo para nuestros perros, también para nosotras.
Hoy solo me voy a centrar en tres grandes claves que hicieron que Vera dejara de reaccionar en los paseos y que quiero que empieces a poner en práctica desde que acabes de leer estos Apuntes.
1. Sané su sistema nervioso.
Cuando un perro sufre de reactividad, lo primero y esencial es sanar su sistema nervioso. De lo contrario todo lo que hagas a continuación no servirá de nada. Bueno si, servirá para que te frustres y empeore tu perro.
Es como si quisieras poner tu comida en un plato sucio y lleno de restos de comida. Creo que me sigues 😉
Pues bien, cuando un perro sufre de reactividad, está intoxicado de cortisol. Lo que debes hacer es no exponerlo a situaciones que le provoquen dicha radiactividad y por ende, la subida de cortisol. Cambia los horarios, que los paseos solo sean los eliminatorios o incluso habilita una zona higiénica para que haga sus cosas en casa.
Realiza esto mientras sanas su sistema nervioso y comienzas a remodelar su cerebro dotándole de las destrezas necesarias.
2. Eliminé detonantes invisibles que empeoraban su reactividad.
Porque cuando un perro sufre reactividad, todas las personas tienen muy identificados los detonantes: otros perros, personas, vehículos, etc. Pero los invisibles son los más importantes para lograr tener éxito y que tu perro supere la reactividad.
Un detonante invisible puede ser la chapita identificativa. El movimiento y el sonido que hace, por mínimo que sea, es un detonante que agrava su reactividad.
Otros detonante invisibles son el dolor. Un estudio mostró que el 80% de los problemas de conducta en perros están provocados y/o agravados por el dolor. Así que, ojo con esto.
Otro es su alimentación. Los perros en la actualidad están sobrealimentados pero malnutridos. Si la alimentación es ultra procesada, los mensajes que recibe el cerebro incrementan la reactividad. Tu perro necesita comer alimentos, no productos.
3. Le enseñé un juego para que eligiera no reaccionar y se centrara en mi.
Seguro que habrás probado de todo para lograr esto con tu perro. Ejercicios muy variados, entre ellos la obediencia. Que desde ya te digo que es lo peor que le puedes hacer a tu perro. Pero sobre esto te hablaré largo y tendido en otro momento.
Pues bien, solo necesitas un juego para lograrlo. Porque el juego genera en el cerebro de tu perro una regulación que le ayuda a cambiar el significado de los estímulos a los que reacciona. El juego le proporciona seguridad y eso es el principio de toda recuperación.
Seguro que ahora estás pensando: “si mi perro cuando aparece el estímulo, ni comida quiere, ¿Cómo va a jugar?” Ahí está la clave de los juegos estratégicos, que cuando aparecen en escena tu perro comienza a jugar porque sabe que está en casa y nada malo va a pasar. Es como cuando de pequeñas jugábamos al pilla-pilla, que teníamos ciertos lugares que eran casa y ahí no nos podían pillar, estábamos a salvo. Pues estos juegos tienen la misma función. Sólo has de dotar a los juegos de ese componente de seguridad para tu perro. Elige un juego sencillo que solo signifique diversión y tendrás la seguridad implícita.
Bonus. Dejar fuera las excusas.
Lo he puesto como bonus pero en realidad es la parte más importante. Porque al empezar a introducir cualquier cambio, por mínimo que sea, tu cerebro subconsciente lo va a interpretar como peligro y te va a tratar de mantener a salvo de una forma que le sea fácil, incluso haciendo “trampas”. Es decir, con excusas, tareas pendientes, procrastinación, dolor de cabeza, haciéndote amiga de los “es que”, argumentación en contra…
Si tienes controlado este elemento, triunfarás.
¿Quieres ayuda para llevarlo a la práctica y que tu perro te elija a ti en lugar de reaccionar?
Si quieres ir más rápido para lograrlo, mañana comienza “Objetivo Reactividad” donde te daré la estrategia probada, con el paso a paso bien mascadito y que tú solo tengas que aplicarlo. Comenzamos en unas semanas.
¿Quieres dejar de tener paseos estresantes y comenzar a saborearlos?
Y antes de despedirme, vamos a con el contenido premium de Apuntes de Felicidad.
Donde vamos a empezar un reto para que nuestro perro espere con calma en determinadas situaciones como:
No salir del coche hasta que no se lo digamos
No salir de casa aunque esté la puerta abierta
Esperar con calma cualquier comida en casa o fuera
Esperar calmados hasta que le demos una señal para continuar con cualquier tarea
Esperar en los paseos cuando se lo indiquemos, como antes de cruzar las aceras
…
Ahora sí vamos con el inicio de este reto con 3 vídeos: